Quizás...

Quizás...
Quizás si no fuera porque veo astros
cada vez que toco tus mejillas
suaves como piel de durazno,
quizás si no sintiera los despojos
de esas brasas que me prendiste con los ojos,
quizás si no escuchara
aun ahora tu voz clara;
quizás no me molestaría
tenerte a seis cuadras de distancia
y no a mi lado todo el día.