Un hombre sin rostro

No existe diferencia entre el ayer y el hoy,
Todo es un umbral de lejanía inmemorial entre el pasado y el futuro.
Sigo siendo aquel hombre de aprendizaje constante,
de mirada vaga hacia el horizonte clandestino.
No busco alcanzar lo divino,
pero si ser un erudito.

Aun prefiero vivir en un mundo bisexual,
donde todo lo puedo ver por igual,
ese es mi única realidad,
la de refugiarme en un mundo inmoral.
No continúo un camino determinado por la sociedad,
aún sigo arrastrándome entre los callejones de prejuicios y criticas constantes.
Y aun no comprenden lo que soy en realidad.

Mi alma oculta imágenes de la verdad,
y el arte es la llave de la libertad,
aunque aún no defino mi orientación real,
sigo escalando entre las ramas que me hacen respirar.
Los gritos en la mañana me hacen despertar,
mientras disimulo ser otro que nadie conocerá.

Sigo siendo aquel que viene y va,
entre pasos rápidos y lentos no saben disfrutar.
Continúo estando sentado como si esperara algo,
y la hoja sigue en blanco.
Mientras tanto los colores en mis manos definen lo que hago,
y borran el rostro que siempre he ocultado.