Otra vela sin apagar

¡Las manecillas!
Corre sin detenerse marcando la hora exacta,
y la vela sigue apagada.
Sigo siendo el hijo bastardo del olvido,
el tiempo pasa y mis deseos se han reprimido.

¡Siguen pasando!
Otro año que se escapó de las manos,
y vuelan como pájaros en libertad.
No hay retorno al pasado y sigo siendo su esclavo.
La vida no te deja olvidar,
los anhelos del corazón entre las cenizas,
y los sueños que se guardan en la repisa.

¡Un anhelo!
Que la vida pueda sorprenderme con un beso en la mejilla,
una inesperada situación que me recuerde este día,
donde la vela sea prendida,
y el canto me recuerde la infancia perdida.
Como si fuera el primer día,
y las manecillas no reconozcan su camino en la brisa.

Prende una vela y celebra conmigo,
dejemos que esta multitud de amigos sean testigo,
que hoy cumplo otro año en soledad.
Sigo en el mismo rincón esperando soplar la vela,
que no está encendida,
y cuelgo en la repisa otro deseo de vida.