Impulso eterno.

Lo que no se necesita,
no obsesiona,
no se posee.

Lo que se habita,
se disfruta,
no se retiene,
y siempre se da.

Más allá de la vida,
más allá de la muerte,
más allá del cosmos:
el impulso eterno,
el motor universal.

La fuerza que impulsa
el movimiento de
cada célula, cada átomo,
cada planeta,
cada estrella,
cada universo…
y más allá.

El principio eterno,
transformador;
el sendero de luz,
presente en todo tiempo,
espacio y lugar,
lo que hace posible la
propia expansión del
universo.

Porque tú
eres la esencia
que todo lo anima,
la luz que todo lo revela,
y en todos los tiempos y
espacios danzas,
para quien te
quiera habitar.

Más allá de la vida,
más allá de la muerte,
más allá del cosmos.

Tú eres y siempre serás
ese impulso eterno,
ese motor universal,
la esencia que todo lo une:

¡El amor!