Aquí y Ahora.

Sabiendo que la mente
no está diseñada para habitar
el aquí y ahora.
Su naturaleza es pensar,
viajar entre recuerdos
y expectativas,
perdiéndose en ellos.

El presente, el momento real,
lo único que existe,
es alterado
constantemente por la mente:

Lo distorsiona,
lo perturba,
lo transforma,
y casi siempre lo evade.

Entonces,
si lo único que existe
es el aquí y el ahora,
¿qué hago yo para no evitarlo?

Para liberarse del
tiempo psicológico,
ya sea pasado o futuro,
es necesario despertar,
estar plenamente
consciente y activo:

Fuera de la mente.

Solo así se puede habitar
cada instante
en su pura esencia.

Como cuando esa brisa tenue
te acaricia en la
quietud,
en esos momentos de
absoluta paz y calma.

O esos amaneceres,
cuando luce el sol,
con nubes,
lluvia o frío,
dándole a cada momento
lo suyo.

Sin prisas, aliento,
presencia activa, calma…

Bajo el abrigo del instante,
el tiempo se disuelve
en un presente eterno
en ti y contigo.

Participar en el presente
con plena conciencia, es
una ciencia sabia
que solo el tiempo otorga.

Requiere práctica,
constancia y dedicación.
La mente debe entrenarse
en el arte de la presencia,
mediante el ejercicio
del silencio.

Siendo lo que sientes,
lo que vives,
hasta alcanzar
el aquí y ahora
en su forma más pura.

“Pasó toda su vida
procurando entender
el aquí y el ahora,
hasta que, finalmente,
despertó en él.”

Por eso,
aquí y ahora
te dejo estas pautas,
que te invitan
a la reflexión, y
si lo deseas, ¡a la acción!

Si quieres hacer algo
diferente,
hazlo solo.
Escoge un buen lugar,
guarda silencio,
observa:

Y ponte a escuchar...