A los vagabundos y los soldados kurdos

poema de Octaviano

Me pidieron que escribiese versos humanos,
Anoche mi sentido; conciencia y palabra.

Los bultos olvidados de la calle ateridos;
Los muertos tempranos, que todavía aún hablan.

Y ese ajeno Aquiles; la anónima Atalanta,
Que al ávido fuego son pasto y escombros;

Y dos desconocidos que a la vida faltan;
Y extremos, del Atlas que levanta sus hombros.

Me pidieron ayer, los que todo lo acaparan,
Que el paso de mi voz no señalase a unos cuantos;

Y allá donde sus labios, lo aparten, y acallan,
A todo aquel distinto, comparto éste canto.