Divina comedia

Seguí a Dante hasta el purgatorio
pero no pude alcanzar el cielo,
me perdí en esta montaña
a la que sé subir pero
no sé por dónde bajar.
La luna me ilumina la noche y
a través de los árboles puedo oler su perfume
-ella ya no está contigo-
retumban en mis cabezas las palabras,
mira al precipicio,
respira, salta, salta, ¡salta!...
Sudor frío, no respiro, me mareo
estoy en mi habitación, solo fue un sueño,
abro la ventana y desde el cielo
Dante solo ve la ceniza ardiente.
Yo ya no siento
otro piti y a dormir...
Caí al infierno,
nueve círculos, mil pecados,
pero dentro de este sendero
mi mayor miedo eran tus ojos.