Un poema para Agustín, Luis y Charly sobre el silencio.
Un poema para Agustín, Luis y Charly sobre el silencio.
Cada uno es dueño de su vida
y artífice de su muerte:
no lo digo solo por Agustín
Luis o Charly
lo digo también por mí.
Hay un misterio
sobre todos los misterios
uno que te lleva de cabeza
desde el nacimiento
que se contrae y te estira
humanamente como un chicle
al momento del recuerdo.
Un momento de momentos
entre todos los cimientos
que genera incertidumbre
y sobre los nuestros:
silencio.
Vivimos una vida prestada
con muy poco sentimiento:
nacemos embargados
asustados, corredizos
y enfermos, asumiendo
el destino como final del camino
cuando es en realidad el camino
tu único destino incierto.
Vivimos una vida sopesando
la trama de las cosas
obrando por fuerzas silenciosas
con miedo, exigidos
hasta el cansancio
para olvidar el momento
final.
Y el camino es uno solo
la vida apenas el comienzo
y entonces te preguntas:
¿dónde quedará la poesía?
la poesía que se escribió
por las cosas sin sentido
la poesía que creó
un sentimiento no albergado
forzado.
¿a dónde van a parar los sentimientos?
¿a dónde quedan esos versos dormidos?
¿dónde va la poesía de las cosas
cuando la cosa que la creó
se va al vacío?
Hay una sombra arrastrándose
tras de mí desde el nacimiento
desde el nicho a la cesárea
muy poco camino recorrido
o lo olvidamos
llenándonos de sombras
vistiéndonos de espejos
nada está en su sitio
y todo está donde debe:
reflejado.
Tú me hablaste de la muerte hoy
yo recuerdo a la muerte siempre
hay un sentimiento que me lleva de cabeza
como un recuerdo que no sé de dónde viene
tampoco sé a dónde va
pero está aquí
y me visita
todas las noches
en mi lecho.
Miro el cielo de mi cuarto y dibujo la idea:
pensar que un día va a ser mi último día.
Tomando en consideración eso
me incorporo y pienso:
la hemos relegado al lejano casillero
olvidado y ciegos
sabiendo que cualquier día
puede salir de su escondrijo
abrazarnos y mecernos.
Construimos mentiras para seguir viviendo
nos llenamos de labores
de la noche a la mañana
para tratar de esconder el sendero
que nos lleva hasta el final.
Hace tiempo que no escribía
ni dictaba a este cuaderno
he ido lentamente
monetizando mi historia
acumulando divisas
para mantener el sustento
de una maquina física
a la deriva del tiempo.
Y he olvidado el verdadero
cuerpo espiritual
el que se mantiene
el que se conserva
cuando ya no hay nada
cuando nuestra conversación
no sea más que recuerdos
para ti y para mí
porque:
¿a quién le importaremos?
Viejo y querido amigo
de mi alma pasajero:
¿a quién más le van a importar
los marineros de ningún lugar
que somos?
Si estoy a la deriva igual que tú
en un plano estacionario
tratando de continuar
existiendo.
Más a través del trabajo
que del sentimiento
y de tanto en tanto
se me acorta la vida.
Te quiero
siempre te he querido
y siempre te querré
por esa amistad fraterna
real que hemos cultivado
y por todos esos momentos
alegres y tristes
que hemos entregado
a nuestras almas.
Escribo estos versos
no como un epitafio
sino como un prólogo
a los tiempos venideros
a los nuevos poemas
y a los poemas viejos
que no se escribirán
o no seremos capaces
de dar a luz
al fin y al cabo, qué importa
si la poesía es amistad
y se hace amistad al escribir
y al recordar.
Basta por hoy
con un silencio:
El nuestro…
Comentarios & Opiniones
Hermosa obra, reflexiva, generada en base a una profunda amistad e historias compartidas, seducir ñ sensible, descriptiva, analítica y la muerte estimado poeta no se espera jamás, ella llega cuando menos la deseamos y es segura, un gusto Héctor.
Seductora,****disculpa tecleo.