Recuerdo

poema de Hasnae

Maldito domingo de lluvia, noche fría.
—Te prometo que seremos eternos...
Me decías.
Maldita resaca la que tengo,
mi ca(l)ma en desorden,
el corazón cosido, sobredosis de dolor...
Tiro de tu espera la última colilla,
y reposo en la mesita de noche,
(a medio acabar) un licor de hipocresía.
Y para nada me importa
lo que dice la mujer del tiempo.
Pues murmura sobre lluvias,
heladas, vientos, anticiclones...
Y nada dice sobre el tiempo
que he perdido contigo.
No necesitaba que me tiraras flores
y mucho menos promesas.
Sino que tirásemos para adelante,
(los dos).
Mi deber era ser más fuerte,
apostar por todo si era contigo.
Con decisiones bajo cero y
los ojos vendados de escarcha.

Porque la idea era:
Que cobraran un poco más de
sentido las palabras,
y que me hicieras un poco de caso
en vez de hacer de mi mundo un caos.
Que nos quisiéramos por encima
(de todo), y que nos viésemos
a tres metros sobre el miedo.
Pero por desgracia;
la verdad y la hostia se las lleva
el que (ama)nece.
Dos de tus (muchos) defectos;
que te era demasiado fácil
jugar al cara o cruz,
pero no hablar las cosas cara a cara.
Que eras capaz de rebajar tus sentimientos
sin duda alguna, y ponerlos
en venta en un emporio.
Deja de llenar con vicios tus vacíos,
pues es casi imposible que
me encuentres en miradas de otras.

Es hora de dejar de intentar recuperar
lo perdido, lo roto, lo olvidado.
Regalarse un suspiro,
bajar revoluciones, subir marchas...
Marcharse.