DESCENDIENTE DE LOS CIELOS

¡Dios mío, tú tan magno y poderoso!
Si has dejado a Eduviges, Lucía, Teresa, Ana,
Acercarse a tu presencia tan soberana,
No sé por qué no le permites a ella, de bondadoso,

Tierno y humilde corazón tan luminoso
Ascienda a tu majestuosa ciudad tan lejana.
¿Se han olvidado los religiosos de la liviana,
Aligerada y cálida sangre del poderoso,

Respetado, y justiciero linaje que como río
Anduvo dentro de sus entrañas?
Celestial Princesa, ni con rosario

A ti te invoco, ni con extrañas
Locuacidades te convoco, solo lo necesario
Indicaría con amor y sin alborotos.

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Comentarios & Opiniones

Orlando Silva

muy bien mi Amigo, hermoso un placer leerte paisano, excelente. MUCHAS ESTRELLAS PARA TI un cordial saludo.

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Gythano Bonfak

Gracias, Orlando. Este es soneto y acróstico al mismo tiempo. Uno de los más importantes para mi.

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