Yo, . . . el Palacio Nacional
“Mi historia es . . . sensacional.”
Tengo fuertes basamentos,
arqueológicos cimientos
del “ombligo de la luna”
blasones son mi fortuna.
Mil quinientos veintidós
año bendito de Dios,
después de inmensa conquista
con el futuro a la vista.
Hernán Cortés bien triunfante
me erigió rancio, elegante,
encima de aquel Palacio
de Moctezuma, presagio.
De presencia que se siente
me encontrarán al oriente
de la Plaza más grandiosa
de México, que es hermosa.
La de la Constitución
reliquia de esta nación,
me escolta una Catedral,
el Zócalo señorial.
Un Ayuntamiento en pleno,
los Portales; estoy lleno
de historia, de tradición,
de cultura, erudición.
Soy edificio efectivo
del Poder Ejecutivo
Federal, ostento sede,
por eso es que se le debe.
Respeto a mi investidura,
a mi fama que es tan pura,
la leyenda en mí se enquista
pomposo estoy a la vista.
He sido serio escenario
de actos protocolarios
cívicos asaz formales,
testigo de actos legales.
Del Benemérito Juárez
lecho de muerte y altares,
poseo al fin, resguardo sueño
del leal prócer oaxaqueño.
Quien puso sus aposentos
sobre mí, lujos exentos,
por la guerra, la pendencia,
seguridad, en esencia.
Patios Central y Mariano,
soy recuerdo meridiano
de la vida nacional,
símbolo sensacional.
Hoy, me siento compungido,
mi orgullo se encuentra herido,
pues, siendo estandarte, emblema,
de la arquitectura, enseña.
Seré violado, vejado,
al interior mancillado,
no consideran mi gloria,
ni murales, ni memoria.
Cumpliré quinientos años
no dejen me causen daños,
esta edad es, ya, madura,
estimen tal catadura.
Soy pleno museo viviente
de ahí la queja ferviente,
lanzo las penas al viento
pues tengo conocimiento.
De que López, Presidente,
de manera displicente
por un antojo no más,
muy inconsciente, falaz.
Tiene insanas intenciones,
cumplir deseos, ilusiones,
de emular al noble Juárez,
listos tiene sus ajuares.
Mostrándose, así, reacio,
quiere vivir en Palacio
como “rey”, como “su alteza”,
sentirse de la “realeza”.
¡Sálvenme de ese demonio!,
de Humanidad Patrimonio
estoy pa’ ser visitado
no para ser habitado.
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda
Ciudad de México, a 19 de julio del 2019
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