Lamento de Ariadna
poema de Germán Pacheco C
Quizá todavía sea yo
la sombra de mi propia compasión.
Si perdonara a Fedra
y volviera a salvarte
a riesgo de mi propia vida
estaría sola de nuevo
en las finas hilaturas de mi propio laberinto.
Quizá todavía sea yo
la sombra de mi propia compasión.
Si perdonara a Fedra
y volviera a salvarte
a riesgo de mi propia vida
estaría sola de nuevo
en las finas hilaturas de mi propio laberinto.