Moneda de cambio

Llora la tierra al sonido de mil espadas contra el hierro
a la imposición del mando radical. Marciales de guerras
dolorosas buscando lo inalcanzable, siendo parte de todo
por que siendo uno es como ser nada.

Aquí el valor humano es como moneda de cambio,
al chasquido de unos cuantos la multitud se
empaña de sangre, por unos cuantos versos
se calla a los pequeños y se engorda a los grandes.

¿Quién difiere contra el poder
absoluto que recae sobre la miseria?
sale el bufón de la cueva a burlar todo el esquema
y las aguas se aquietan. Así ha sido siempre,
la vida nos reta con bofetadas amenas cada
que el alba despierta

¡Ya calle a toda injusticia!
Mi alma se comprime y se estruja
Mi pensamiento se encoje no escudriñando
la amalgama infructuosa que crece en
las manos del sadismo.

Se encrispan las palabras en mi lengua
se agolpan tumultuosos los principios
en mi corazón que llora que lo
retenga la cobardía quien dando
pasos sigilosos es certera en
la conciencia

¿Quiénes somos en estos días?
Somos lo que forjaron otros, vivimos
por vacíos ideales que mueren con
nosotros, nos decimos libres
pero mas que nada estamos cautivos
a todo deseo.

Son insignificantes nuestras protestas
por que no difieren desde un principio
con lo que se ha corrompido en todo acto
y sabemos ha causado este resultado.

Pero como un habito se repite ya involuntario
así se vive en las ciudades y en los campos
Nos callamos, no sea que nos cortemos con
nuestras propias palabras
Nos escondemos en el anonimato,
no sea que nuestro pan se interrumpa, ni
que la celebración se acabe o la
verdad nos alcance