La Hada

poema de Antonio Liz

Sin pensar lo que pueda suceder, siempre estoy enfrentando tu poder. Tu corazón es tan puro, que protejo toda sensibilidad que te puede  herir. Tu alma me explica, que tu todo amor y toda belleza  se define como una eternidad. Para  adorar lo hermoso de ti, pretendo día a día aprender más sin fin. Mis noches se vuelven tu  voz, y mi mañana me envuelve en tu amor.  La vida pueda ser que me entretenga, con algo que quiero que me pertenezca, pero el sol y la luna que me brindas,  hace de mí que tenga paciencia.  

Su presencia emboca lo que adoro, y se multiplica como un valioso tesoro. Jamás espero un SI, y menos un NO, porque declaro firmemente que eres más de lo que pedí.   Mi vida resita lo que siempre he soñado de ti, la pureza de mi imaginación que revela que te encuentras aquí.  Confieso que desde niño me enseñaron sobre el príncipe y la princesa  en su castillo, y es cuando mi cuento de hadas se transforma en todo lo que he pedido.  Mis pensamientos hacían de mis noches un teatro entretenido, porque así con toda mi inocencia, me involucró en un hermoso destino.

Al llegar mi juventud,  ya he recuperado la estructura de cuanto te amo. Mis noches ahora se refieren a aquel amor definido que he esperado.  Me indico a mi mismo que el destino llega a su hora indicada, con ojos ciegos y tiempo limitado. Me enfrento a mis momentos de sitas, donde pongo de mi parte para que se haga realidad tu existencia definida. Invierto todo en mí, para que  cada persona me diga lo contrario, que según el amor esta por todos lados. Con elegancia y distinción abundante, con belleza y sentimientos adorables,  siempre termino con mi cuento de hada favorable.

En mi madurez busco la estocada que le dará el fin, exclamo felicidad, y me niego a pensar en algo por completar.  Adoro con toda pasión, y amo como si estuviera seguro de lo que soy. Toda una persona de respeto, toda una personalidad llena de honor, que lleva la envidia de la gran felicidad. Me entro a lo que muchos no tienen, y asta pretendo decir que asta aquí sería mi jornada a lo que pedí.  Asta que llega mi devoción a lo que ha crecido dentro de mí, que me explica con todo poder de insistencia de puro amor, que  solo existe una hada para mí.