Ella y La Flor.

poema de Antonio Liz

En aquel valle colorido existe una flor que invade toda parte de tu vida. Se detiene al verte pasar, y el viento se identifica como un momento de silencio a tu alrededor. Sus pétalos y fragancia te hacen que detengas tu tiempo para admirarla, llenando en ti una parte hermosa en tu alma. Te ha mirado desde lejos, se ha involucrado en tu persona mucho antes de acercarte a ella, mientras que otras flores también iluminan el día, esta por su cuenta llena tu corazón de alegría. Es tan simple decir y hablar de su belleza, pero no todos entendemos el poder de su llamado, aquel que te hace caer en su encanto. Unas de miles, más de millones, pero es esa única flor que te llama sin excepciones. El viento genera su manera de interrumpir la vida, mientras que a nosotros nos explica que existen más razones de mirar la belleza que admiras, no por su elegancia y menos por su figura, más que todo por su naturaleza de persona.