Mateo

Mateo murió un 25 de Octubre
Proveniente de despertares desdeñosos
Perros vagabundos
Panaderos indecentes
Conductores distraídos
Nubes fugaces
Y Rayos de sol bochornosos.

Había sido una semana increíble
Inigualable y abrazada de oro
Esperando con ansías
El estribillo de mi génesis.

Pero todo aquel alborozo
Terminó en un lapso efímero
Al percatarme que la Muerte y la Vida
Compartían un trago de sangre.

Crucé una mirada de odio y cólera hacia ellas
Debido a sus miradas burlescas
A sus risas desaforadas
A sus vozarrones de sátira
Ante mi infortunio.

Bajé los escalones
Abrí la puerta café
Y te vi a ti
Debilitado
Y bañado en las flores rosáceas
Que el árbol frontal y triste
Expiraba empático
Hacia el cemento;
Tu más fiel testigo y acompañante de tu historia.

Destruido y acalorado a pesar del indiscriminado frío mañanero
Me hacía pedazos por dentro
Mis recuerdos llenaban mis retinas
Atravesaban mis ojos lagañosos
Y se deslizaban con destreza
Ante mis indecentes y marcados pómulos.

Mis lágrimas
Que caían frustradas
Lográndose impregnar en tu cadáver
No cesaban con nada
Como una horrenda lluvia atlántica.

De manera ingenua
Hago nuestro fraternal chasquido
Por si es que se me concede
La última oportunidad
De acariciar tu melena
Y besar tus lanudas orejas grises
Que aguardaban firmeza
Por cualquier peligro que invadía nuestro hogar.

La Vida golpeaba consoladora mi hombro
Pero la rechacé furioso
Con ganas de lastimarla
Hasta liberarme de este encadenamiento
Llamado impotencia.

Fui un mal hermano para ti
Lo único que pude dejarte ante tu desdicha
Que más mía que tuya
Fue un collar opresor
Desgastado y benévolo
De color marrón.

A pesar de que emanabas un olor grotesco
Tu mirada estaba perdida
Tus patitas rosadas se tornaron blancas
Tu cuerpo pesó el doble de una roca
Y tu costado derecho delataba la presencia de un envidioso
Te abracé con todas mis fuerzas.

La incertidumbre abunda en la calle
Porque sin ti se perdió mí después
Las estrellas de la madrugada te extrañan
Las hojas comunes
Los insectos
Los demás felinos del barrio
Los perros cobardes los cuales derrotabas
Pero el que más te extrañará
Seré yo
Porque te amé incansablemente
Y nunca dudaste en darme una pata cuando lo necesitaba.

Ante el refugio de mis almohadas arañadas por ti
Trato de evocar todos aquellos recuerdos
Todo el tiempo posible
Ya que la alegría de ellos nos hace sonreír siempre
Pero al acordarnos de tu tragedia
El dolor quema ineludible
En nuestros ingratos pechos
de seres humanos.

-Franzliche. Chile, 2016.
29/10/2016

NOTA: Mateo es el gato que sale en la ilustración de arriba. Aquella semana pude ganar muchas cosas a base de mi esfuerzo, pero aquel martes fue la peor noticia que me pudieron entregar, apenas 30 minutos que llevaba lúcido, a las 07:30 de la mañana. Ayer (28/10) fue mi cumpleaños, sin embargo, no era lo mismo sin ti. Mateo te extrañaré con todo mi corazón y que sepa todo el mundo, lo eterno que fuiste.
- Franzliche.

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