SENTADO EN LA ORILLA DEL MAR

Me siento a la orilla del mar
A sentir las brisas despojándose
De las caricias eternas del viento
Donde el tiempo baila lento
Sin pedir nada a cambio
Mis ojos se dirigen hacia
El horizonte sideral y mí
Alma camina en un laberinto
Sin alteraciones evidentes
Fijarse en las bellezas que brotan
De los profundos mares que
Emergen entres las nubes vaporosas.
Donde los miedos y las penas
Se alejan sin dejar rastro.
Que estúpido pensar en el universo
Que nos deja en cada movimiento.
Y que estas olas sean el símbolo
De nuestra locura que altera
Nuestros espacios en diferentes
Direcciones que iluminan
Nuestra vida en un perpetuo ciclo
Que cautiva a nuestros corazones.