Tarea número dos

Mi psicóloga me pidió una carta motivacional para alguna de sus futuras pacientes:
Bueno, no te voy a mentir, no soy la persona más optimista en este momento para motivar a nadie, ni tampoco te voy a decir cursilerías que riman sobre cómo sobrellevar el duelo.
No podría, porque cada duelo es distinto.
Creo que de las pocas cosas que podría recomendarte, es no comparar tu proceso con el de nadie.
Que no te apures porque aquella conocida ya superó a su ex y ahora está a punto de casarse mientras tú recién te levantaste de la cama. No, no te apures, porque eso es peor.
Sé que asusta el dolor, yo también tuve miedo.
Traté de mantenerme ocupada, para no sobre pensar, porque sentía que minuto que me detenía, minuto que lloraba y ya no quería llorar. Tú también debes estar cansada.
No te diré que salgas con tus amigas, ni que veas una serie, porque no sé qué es lo que te hace vibrar, pero busca eso, lo que sea te cause aunque sea una pizca de emoción y abrázalo fuerte. Y por favor, que sea algo que puedas conseguir tú sola, que no dependa de nadie más.
No te diré que ya no lo amo, porque sería mentira. Quién sabe, quizá lo ame siempre, o quizá lo olvide mañana. Supongo que el proceso no es lineal como suelen decir y al igual que yo, dudarás si es posible.
Pero siempre hay otro día y otra oportunidad para ser optimista, quizá mañana te tenga mejores noticias.