La rutina

poema de Dreamer girl

Son las nueve de la mañana y mi intención de dormir hasta tarde se interrumpe por mi mente que no logro silenciar. Mi corazón se acelera, me duele el pecho y suspiro fuerte. Se viene otro día, otra sonrisa falsa que tendré que forzar.
Al día siguiente, tener que encajar en la rutina, conversar sobre temas triviales con gente que no me interesa. Fingir que me entretiene saber sobre sus mascotas, sobre las locuras que hacen sus hijos. Reír por cortesía a cada chiste mal elaborado.
Prometí interactuar más en el trabajo, pero la energía con suerte me alcanza para comer, no para conversar durante el almuerzo.
Entonces las obligaciones dejan de ocupar mi mente y al irme a casa me invade el miedo, el vacío, que se extiende sobre mi día hasta dar paso a la angustia nocturna, la que me invade cuando estoy sola.
Odio volver a este estado que creí que haber dejado atrás después de aquel primer amor. Pero quizá el amor o desamor nunca fue el problema. Quizá el problema soy yo y no soy la chica feliz con momentos tristes que dicen que soy.
La realidad es que soy una chica triste con momentos felices.
Lamento decepcionarte, decepcionarlos.
Gracias por leer, perdón por lo aburrido, gracias por tanto.

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