A mi madre.

A mi madre.
Solo oigo el sonido de
una puerta que se cierra.
Segundos antes había sentido
tus labios tibios besar mi mejilla
Adiós!!
Me voy al trabajo, me decías,
! Pórtate bien con tu abuela!!!
Cómete toda la comida!!
Que pareces un guin!!!

Tengo solo cinco años
y aun no comprendo
por qué todos los días te vas
temprano, y yo en la cama me quedo,
recuerdo que ayer me dormí
en tus piernas en el asiento
de atrás del carro.
No se como llegué hasta la cama,
debiste haberme cargado.

Estaba enredado con tu abrigo
solo abrazo tus piernas
y en paz me duermo,
es como si
estuvira tocando a las puertas
del paraíso,
no se por qué las cosas tuvieron
que cambiar,
no me puedo quedar de niño por siempre?
tiene que llegar el otoño?
no es mejor el verano?

Tengo once años ahora,
no se como hay personas malas,
es cuestión de ir aprendiendo,
un día a la casa llegue llorando
y tus palabras son mas fuertes
que los árboles,
pero sensibles y llenas de amor,
que me hacen respirar,
la vida está por delante,
solo acaba de comenzar!!!!

El auto devora las calles,
las luces de la ciudad pasan rápido,
pero estar recostado en en tus piernas
me hace sentir eterna seguridad.

Crecí en una casa donde
podían faltar muchas cosas,
menos el cariño , el amor
no había maldad.
La inteligencia de mi papá,
tu excepcional belleza,
adornaban mi vida,
es necesario crecer??

Pero ahora se por qué llega el invierno,
comprendo tu tristeza, tu dolor intenso,
decir "se acabó" debe haber sido
las palabras más duras que jamás
pronunciaste.

Pero inclusio cuando arreció el frío,
cuando la lluvia era Intensa,
cuando todo semejaba al hielo,
tu estuviste a mi lado, inmensa.

Tu mano fuerte sostuvo la mia,
aun cuando me equivoqué,
tu ayuda siempre tuve,
un consejo, el corazón abierto,
la seguridad que siempre
tenía un refugio,
aunque fuera largo el camino de regreso,
no podías detener la intensa lluvia
que amenazaba con romper mi ventana,
pero tu paraguas me brindabas.

Hoy he pasado la tarde contigo,
una avalancha de recuerdos
se amontonan en mi mente,
los años sin duda dejan su huella,
te veo,
sentada en tu sillón,
un crucigrama a medio hacer
y todavía creo, que ni el más
crudo otoño,
hace mella en ti,
que tus energías no tienen fin,
que siempre estarás ahí,
para mi.