Cuando te gusta una flor
la cortas y te la yebas
sin importar si es muy bella
o de un mágico esplendor
Pero si sientes amor
a la flor no dañaras
más bien la cultibaras
con cariño y con paciencia
Y esa es la diferencia
entre querer y amar
Mientras se encienda la luz de un beso
Y queden tesoros en la poesía
Mi corazón no ha de estar preso
Ni encadenado al dolor ni a la tiranía
Ni en el cielo ni en la tierra
Ni de noche ni de día