Sólo para mí

poema de NAD9

Desperté, y el café de la mañana me hablaba en singular. No entendía bien qué sucedía, pero éste se lucía para mí, sólo para mí.
Mientras bebía, mis labios no se quemaban, mis ojos no se empañaban, tampoco me preocupaba el tiempo que tardaría en terminar...
Era una sola taza de café, la cual no debía combinar con nada, ni prepararse a pedido. Brillante y caliente, ésta se lucía para mí, sólo para mí.
Mis pestañas advirtieron el apocalipsis, luego el brillo en mis ojos, y más tarde, mis lagañas... También me hablaban en singular, pero seguía sin comprender nada.
Qué haré ahora? Quizás mirarme al espejo y repetir mil rezos
o escribir poemas
con rimas de ilesos...
Será este el final del dolor?
Sólo miraré por la ventana
y cantaré bajo
para mí, sólo para mí.