La ciudad deseada

Caminan inseguras mis huellas de roca,
en los bulevares lisos de la ciudad vanidosa.
Temblorosos se recuestan, vapores de confort
sobre los egocéntricos vitrales, de la villa tonta.
Reclaman atención, lengüetazos, músicas pop,
Cheques frescos, dólares y excesos de Bolsa.

Mimosa sueña voraz, la city de capitales,
Spotean multi-luminosos, los altares sport
en sus entre-nous rituales.
Cae un paredón de frio cómplice.
Y ahí en esas puertas solemnes de pisos tartamudeos
Respira fuerte la pobreza marmórea,
en su burbuja de orín y soledades.

Ojos que dicen, bocas invisibles que explotan,
en cárceles de pampa helada.
En decenas de imágenes,
Declama austero el gobierno pleno.
Sutiles, estadísticamente elaborados,
los pregones del hombre nuevo.

Camino en susurros, para no agitar la libertad envainada.
Camino en prisa, por si la ira sacude la jaula dorada.
Sin embargo, ya queda la duda,
la viga de insomnios atravesada.
crecen en mi, día a día, las Inquietudes enramadas .

Mientras, vuelve a dormir en encajes,
Vanidosa, la ciudad deseada.