Cuerpo deseado

Cuerpo deseado
I
No existe más incitante cuerpo que el de una mujer,
en ella comienza y acaba todo sutil e ingente placer;
toda fuerte y segura hombría se esfuma a sus pies,
es su cuerpo el templo imperial de la excitante piel.
II
De mirada penetrante que suele a tantos enloquecer,
bellos gestos que fácil pueden a cualquiera envolver,
ese andar que de su feminidad se conoce muy bien,
su presencia que arroya como la fuerza de un tren.
III
Su figura agraciada que a los ojos saben complacer,
esa compañía que los hombres aguardan por tener,
lo manso de su semblante que enamora sin querer,
delgada voz que endulza como panal y su rica miel.
IV
La sensualidad que emana de su atractiva desnudez,
sus posturas que en cuatro y más veces sabe poner,
lo cálido de su zona que a todos no suele conceder,
precisos gemidos que indican lo que se ha de hacer.
V
Sus ansias locas que al amante impone a satisfacer,
el culto a su cuerpo para verse un tanto más mujer,
su vanidad no exonera a ratos el hacerse un acto fe,
la sábana de su cama llama al calor porque se fue.
VI
Asombrosa seductora por mandato de su propia ley,
estimulante de la tentación en aquel que puede caer,
hija del encanto que libera y condena a la misma vez,
pan que comienza siendo miel y termina como la hiel.
VII
Cárcel en que se entra y ya no se desea salir otra vez,
silueta que aparece y desaparece sin importarle ser fiel,
glorioso cielo que se convierte fácil a un infierno cruel.
Así describe el poeta el hermoso cuerpo de una mujer:
VIII
Su cabello largo que la baña de hermosa esplendidez,
con delicado rostro que invita a siempre quererla ver,
labios tentadores carmesí en los que se puede beber,
par de senos que de pasión fogosa suelen estremecer.
IX
Suaves manos que conocen lo que tienen qué hacer,
un vientre fino como antesala a su cálida estrechez,
cintura que contonea y fascina hasta la tartamudez,
gloriosa pelvis que triangula el misterio sin resolver.
X
Caderas amplias que a su vestido moldea muy bien,
redondeados glúteos que estimulan lo que no se ve,
bellas piernas que se abren como el sol al amanecer,
pies que la llevan en pasarela cual toda reina que es.