Una taza de café.

poema de Atlayxes

Me parece que ya somos dos extraños que se limitan a respirar y convivir solo porque no están dispuestos a aceptar la realidad.
Ya no hay café por las mañanas, ni besos de buenos días, ni abrazos afectuosos al llegar del trabajo ni sueños juntos abrazados en medio del calor infernal de una noche aquí.
Ya no hay mensajes ni llamadas, ni miradas cómplices fugaces. Ya no hay sueños juntos, ni fantasías realizadas. Ya no hay cenas románticas con el fin de realizar sucesos estúpidos, ya tu madre no se molesta en llevar panecillos caducos con el fin de enfermarme a nuestra casa. Ya la vecina que te coqueteaba del piso superior viene cada vez más y más seguido, ya ni siquiera se molesta en mentir diciendo que viene por una taza de azúcar, sencillamente toca la puerta exactos tres golpes y tras decirme "Buenos días, Diana" se pasa sin decir más. Yo ya no me fisgoneo tu celular buscando mensajes, ni veo tus llamadas recientes, no veo tu muro en aquella red social para ver quien te ha publicado o comentado.
Ya no te escribo nada, ya no me inspiras más. Ni asco siquiera, ni odio puedes, es que ya no hay ni un ápice de lo que anteriormente me provocabas.
Aquí estamos, abrazados y juntos, nuestros demonios internos luchando por ver quien es más fuerte y quien puede derrotar al otro primero. Por fin después de una reñida batalla, los tuyos ganan. Te separas tú primero de mí con la excusa de todos los días, ¡Maldito calor!, y te vas al otro lado de la cama. Hasta el otro extremo, siento como si te hubieras ido a París. Extiendo mi mano y no te alcanzo, me molesta como si estuviéramos en un acantilado y la única rama que me sostuviera ya fueses tú.
Despierto y ya no estás a mi lado. Se escuchan sonidos abajo. Me pongo mis sandalias y me siento pre dispuesta a encontrarme con lo peor.
Bajo las escaleras y ahí estás tú, abrazándote y besándote con la vecina en aquel sillón donde antes, cuando me amabas, solías hacerme el amor. Los dos se quedan estupefactos, no entiendo porque tienen esa reacción.
¡Válgame dios, pensé que sería algo peor!
Pasa, adelante, siéntense. ¿Gustan una taza de café?