Relatos Toscos: Ricardo Anónimo (Parte I)

No tengo muy claro el día exacto , ni la circunstancia , soy una mujer de memoria excepcional y no lo digo para exacerbarla, por el contrario, no soy de quienes recuerdan aniversarios, la ropa que vestía o como era el clima en fechas importantes , pero recuerdo con claridad el impacto causado por ese chico macilento y traslucido de la cola contigua del comedor y la tortura que causaban esos tacones patentes que calzaba , como creados por faquires para auto flagelarse, fue día de Febrero, recordar el mes es una proeza. A duras penas y de reojo logré leer su nombre en el carné de identificación: Ricardo, no había dudas, quedó el apellido como asignatura pendiente. Los días se hicieron unos idénticos a los otros hasta convertirse en meses, Ricardo y yo coincidíamos siempre a la misma hora por el mismo canal, no transcendimos al saludo, pero yo tenia una oportunidad mas para detallarle y comentarles a mis amigas que había desarrollado un gusto particular, un hombre con una fisonomía diferente a los hombres escogidos con anterioridad, ellas respondían que aquel hombre, era un archivo en Word, hecho después de un corte y paste de mi ex, era normal teniendo que pasar por el duelo en situación de campamento, sin el mundo abierto de par en par , alegaban. No tenía mas fuente de inspiración a dar un paso más, que esas palabras auto motivadoras y enfermizamente positivas que repetía en mi mente, a algunas mujeres después del divorcio nos da por lucir mas prolijas , actuamos como esos representantes del coaching moderno que repiten sistemáticamente ¡si se puede!, ¡si se puede!, estas palabras sonaban y se multiplicaban en mi cabeza cuando la distancia entre Ricardo Anónimo y yo se acortaba, pero mis silencios se hacían más largos, le bauticé Ricardo Anónimo, esto de no tener un apellido para complementar me daba la sensación de un nombre amputado , necesitaba atreverme, sin duda, debía ser precisa y maciza para no perder el tiempo y la dignidad en alguien desinteresado románticamente. Al conocimiento no lo asocian con las luces por mera casualidad, mis intenciones de acercarme encontraron claridad cuando supe de sus intereses , jugaba voleiball , pensé, el mundo conspira en mi contra , los deportes para mi son equivalentes a bambú bajo las uñas, una completa tortura , pero este deporte en especial no lo entendía y se convirtió en una fuente de vergüenza y notas mediocres en bachillerato , talvez en la luna , donde la gravedad es menor, podría jugar voleiball, pero en el planeta tierra , con las dimensiones de mis caderas apenas puedo separarme milímetros de la superficie, así que las opciones no abundaban , seria una espectadora en el próximo partido.

El maquillaje y el cuidado al vestir eran inusuales para la ocasión, me ubiqué en un sitio donde Ricardo pudiera verme en las gradas casi desiertas, aupaba cada saque, creo que así se llaman, tenia el sentido del ridículo suprimido cuando discutía con el arbitro cualquier punto a favor del equipo contrario, pasada la media hora ya empezaba a notarme, era el único ser humano en las gradas. Ni en mis años pueriles estaba inmersa en tantas fantasías , repasaba las que serian mis primeras palabras agobiada por el tiempo que menguaba acercándose el final del partido, que sería mi oportunidad de dar el zarpazo , un golpe rotundo me quito la conciencia por un segundo, cuando digo golpe me refiero a uno muy literal , la pelota se había declarado en emancipación , impulsada por uno de esos jugadores a quienes les abunda la pasión y la fuerza , asestando justo en mi frente, pronto recuperé la conciencia , la primera sensación , aunque resulte increíble, fue de bochorno antes que de dolor, quería un espejo de manera urgente , imaginaba que las tramas transferidas de la pelota de voleiball a mi cara me hacían parecer a Spiderman, mientras los jugadores se acercaban, yo quería desaparecer o por lo menos un burka, Ricardo pidió el paso entre la muchedumbre que se debatía entre la preocupación y evitar reírse a carcajadas, yo todavía tapaba con mi mano la “zona de shock”, sin decir palabra se arrodilló hasta ponerse a mi altura , pronunció las primeras palabras que le escuché, para persuadirme de mostrarle la herida, accedí, levantó con su mano mi barbilla y aunque esto podría sugerir un acto tierno estuvo lejos de serlo , vio lo que ya se sentía como una postema , con una actitud muy facultativa , levantando la ceja o frunciendo el ceño de vez en cuando.-No Morirás-dijo sin soltar una sonrisa siquiera, lo que vino después fue la mirada directa más inquietante por la que hubiese tenido que pasar, como el adulto avezado que descubre el plan malhecho de un niño, como si conociera desde siempre mi intención, me sentí expuesta , pero al final complacida, ofreció a llevarme a casa y una premonición me indicaba que nunca mas nos limitaríamos a coincidir.

Comentarios & Opiniones

La Dama Azul

Logradas letras que atrapan al lector.
"como si conociera desde siempre mi intención, me sentí expuesta , pero al final complacida, ofreció a llevarme a casa y una premonición me indicaba que nunca mas nos limitaríamos a coincidir."
Saludos.

Critica: 
Delia Del Tejar

Grabiela muchas gracias por leerme, cada minuto que el lector se ha tomado, es un regalo preciado..

Critica: