Humor de Madrugada

Madres fingiendo no sentir,
niños llenos de aire,
hombres muriendo de tanto vivir,
pájaros volando indiferentes,
risa y llantos apagados
en un lienzo escondido a la mala,
perros corriendo y ladrando;
es una escena de mentiras y de verdades,
una escena como nunca se ha hecho en el cine.

Una burla al licor,
al color,
a la maldad que se distribuye con un gotero,
en media noche,
en un lugar con camas
en un velorio incendiado,
una perla pasmada,
una fibra más en el centro de la acción.

Las heridas son el material,
el insumo para construir el futuro,
la infraestructura de la revolución;
las cicatrices:
las trincheras de la resistencia...

Realmente ya estamos muertos,
realmente ese pequeño niño despertó,
realmente mi mano se hizo puño,
realmente es esta la ventana que nos evade,
al menos nuestra voz,
al menos nuestra respiración,
¿realmente estás en la fila de reclusión...?

Toma hermano este aire,
tómalo y dime a que sabe,
dime si puedes correr,
si puedes seguir...

Si puedes mentirle al pasado
y renombrar tu presente.

¿Dime?

¡Dimeee!!!