Parabola de Dios

El diablo toma todas las vidas de los humanos que lo prefieran, fuí parte de una oscuridad perdida. El hilo de oscuridad que atravesé fue caótica, imcomprensible para las masas humanas.
Soy consumida por la misericordía del Dios soledad, del Dios que todo lo ve y que vaga en cada cuerpo hecho silencio, socavando tumbas de pecados pasados que siguen recorriendo las sendas de la vida terrestre. No está tan lejos, habita cerca; invisible. Yo le llamaría chivo espiatorio pero el nombre le queda en pañales al gran artista. Encantador bromista que todo lo siente, que se llena de furia y para él el tiempo ni siquiera existe. Para nosotros debe ser un malvado castigo, nada podemos hacer contra eso. Incluso morfeo se oculta para que el sereno Dios pasee por el inconciente y plante semillas como jardinero al que se le paga con gotas de vida.
Quien quiere horas de placer cuando todo acabe, pero que es todo?
Somos polvo de tierra que se convierte en polvo de estrellas, bonita metáfora que desde el gran libro se lee como " en polvo eres y en eso te convertirás"
Que es todo sin la ausencia de la nada, la gran constitución de la tierra de una explosión de pequeñas particúlas. Un Dios astronauta en forma de ánimal o en forma de viento, porque es omnipotente. Es de lógica.