Ocupar tu mente

A las cuántas distracciones nos damos cuenta que no se puede poner la mente en blanco, qué es eso de blanco en el cerebro, en la imaginativa.
Muchos pensamientos cruzando por ese espacio, canciones y recuerdos, cómo manejas la mente, cómo olvidas olores para almacenar otro tipo de ilusiones, ese espacio colorido a veces y oscuro otras veces, en donde parece ya no haber espacio para esa dificultad de crear un escenario.
Los sentidos comienzan a pelearse entre ellos y compras conocimiento para entender que sucede con esa energia, con ese campo que luego trasciende por el cosmos.
Desafiante el camino que trazan los besos que no pudieron ser más y los que se ocultan detrás de las rejas de la desolación y te preguntas cuándo una nueva vida comenzará pues a veces no sabes hacia donde correr, no conoces el camino desafiante de la vida y empiezas a crear un espacio de integración con el éxito, preocupan esas ideas de lo que no existe y te pierdes en el laberinto de la existencia tan solo deseando un cambio pronto del cataclismo en la memoria.
Cómo luchar con un vacio que parece no dar señales de un mañana, qué puedo hacer cuando los sabuesos han comido todo lo que quedaba, las sobras del pasado y viene la angustiante manera de vivir el hoy, con mi frase aqui y ahora.
Creo que dejé de entender el significado de aquellos dos simbolismos y empiezas a esperar una vida menos desagradable; darle a mamá todo lo que siempre quise entregarle y aceptar que el amor no estuvo tan indefinitivamente perdido para mi, tomar lo que mi intelecto pudo construir y hacer de eso una existencia más equilibrada de la que hoy me puedo permitir.
Ocupar tu mente es el mayor problema de todos, pues es una responsabilidad que te llevas de por vida.