La muerte de la vaga mente.

Sostuve mis latidos hasta que dejaron de vivir, el corazón estaba cansado y había sido asesinado por palabras. ¿La vida ha sido un milagro o un sacrilegio? y cualquiera de las dos opciones en algún momento se lograba tornar hostil y amenazante.
Habían varias direcciones y en cualquiera de ellas estaba destinada a morir con el pensamiento, con un pensamiento macabro y funesto, triste y desolador.
El pensamiento es el que equilibra la balanza, declina o simplemente acepta las consecuencias, discute aspectos de la existencia y logra acartonar sucesos denigrados por la magestuosa mente. El recuerdo es capaz de torturar horas y es capaz de masacrar con las formas de vida, logra sumergirse en el cuerpo en forma de escalofrío, logra penetrar cada célula por pequeña que sea.
Esta mañana quise vomitar el mundo con mis ideologias, me sentía morir y lograba imaginar todas las formas dignas de morir; ahogada, torturada, ahorcada, cayendo del abismo, quemada o como fuera que supusiera lo normal, fue ahí donde pensé que no había peor manera de morir como quien se niega a morir en cuerpo y alma y logra considerar que fueron ideas quienes lo dejaron como un cadaver vagando por calles tristes y abandonadas por sentimientos convertidos en algo que jamás imaginaste, aunque Oscar Wilde preferiria decir:¨lo malo de morir de amor es que no mueres¨
Imagine mi muerte en la cama que compartía con el mismo sujeto que me había hecho daño, por el mismo que llore toda la noche sin que lo supusiera, mis lamentos terminaban por ser ahogados, para después dormir soñando con que en ese momento descansar terminará siendo la inconciencia, como estar borracho después de varias botellas sin poder recordar porque estas desesperado.