Acaso.

La lagrima imperfecta viaja por mi mejilla
¿Acaso es pecado querer ser amado?,
Toda la tragedia pasa por mi pesa
Que se recarga por encima de mi hombro.

¿Es acaso cierto lo que dijo Aristóteles?
Que “La memoria es el escribano del alma”.
A mi me atormenta, a mi mismo me deshecha
Haciendo como resultado un tormento de cárceles.

Me cuestiono de nuevo ¿Acaso es malo?
Esta pregunta se va y viene,
Se cuelga en mi cabeza
Como aquel balcón, las golondrinas de Bécquer.

Me restriegan en la cara aquella desgracia,
Aquel error que alguna vez me atormento
¿Acaso algún día esa pregunta cesara?
O tal vez esas golondrinas volverán.