azares

Con suplicante suplicio se nota su agotada y tempestuosa mirada,llagado su corazón inmaculado se desbordan uno a uno los latidos cuando escucha pronunciar su nombre

Descansa su cuerpo inerte en la espesura de la noche lluviosa que despedaza el alma y la lleva a un mundo gris parecido al desamor;se consume ferozmente el cuerpo que yace tendido para siempre, sin esperanza; viaja al aposento del olvido donde su nombre queda gravado; pero la presencia se pierde en la obscuridad que la envuelve con sollozos que a veces entristecen esos ojos negros que dejó