Unos minutos fuera
He tenido unos minutos para salirme
de mi duelo, y dejarlo todo abandonado
como si jamás hubiera estado en él: Nunca
con mi esposo que ahora yace en mitad del gran salón
Las penumbras que asolan a la casa
hacen que huya a los mundos más extraños
no quiero sentirme en negro, llorar cuando esa vida
es tan corta, apenas un suspiro, despertar
abrir los ojos y volverlos a cerrar ya para siempre
Y retozo contigo -varón deseado, regalo- en la cama marital
apremiándote con voz rota, destrozada
por la angustia, un "dáme!!" que empuja al anterior
como la huida de seres por las calles bombardeadas
Unos minutos fuera de mi duelo, alejada de la pena
que se viene, cruel tormenta, para anegar el resto
de mis días de vejez, senderos hoscos y balances
realizados muchos antes de lo que quisiera
Querría comer de la piel dura (tus 400 golpes y uno más)
hundirme en ella para como simple ave de rapiña
con un sendero hacerme que se presume largo y luminoso
Mas, hembra castigada por el destino, tren veloz
que marcha como el vértigo a estrellarse en la estación
punto y final de todos los viajes, dispongo de solo esos minutos
para salirme de mi duelo y ser otra, cualquiera
Gozar un pene erizado en mi boca en lugar
de desgranar el rosario junto a la caja de quien murió
mientras maldecía el haberme conocido: Unos minutos más
sin duelo, unas chupadas que de sabor el paladar me empapen
sentirme penetrada y no enlutada; líquidos en lugar de voces
y susurros que te vienen a traer la pena
Blanca como una muerta, ardiente cuál una cacería
mi vestido negro junto a mí, poderoso tú dispuesto a hacerse
con quien perdió al rey de la manada y en sus aullidos
cerca un nuevo señor
Joanna Dufromont