Como puedo hablar de libertad si mis costillas hacen de barrotes a mi corazón.

poema de Luit Pold

Me pides que hable de libertad, así, sin más,
como si la palabra misma lo fuera, libre,
como si cientos de diccionarios encerrándola por siglos
al fin decidieran dejarla ir y que esta corriera a envolverse en los brazos
que a diario ruegan por ella, así, sin miedo, sin más,
cual conquistadores y conquistados, semejantes,
unos inhalando el olor de triunfo, pólvora y sangre sobre la armadura
y otros lamiendo la esclavitud del suelo
hasta quemar la legua y fundirla en el concreto
que todos pisamos, así, tal cual.
Me pides que dibuje unas alas sobre algún cuerpo afortunado,
pero deje la jaula cerrada, así, sin pedir permiso,
para ver de qué manera se las destroza en cada aleteo,
y así, de esa manera, quizás, tema volar sin razón.
Atreverse es tal vez otra forma de resolver laberintos,
de que la espontaneidad por si misma se juegue a las cartas los suspiros
de alguna voluntad olvidada o silenciada,
de que los caminos dejen de ser rectos, fáciles,
para desviarnos sobre un albedrio que sustenta ideas,
por no decir que están muertas (a sangre fría).
Y no solo son las cárceles que detienen corazones detrás
de doce barrotes, ni las consecuencias que trae un mar al desbordarse,
no son las cerraduras o cerrojos que privan la naturaleza de un cuerpo,
ni las raíces que sujetan los frutos, ni siquiera son ni serán las promesas
que doblamos como origami para usarlas de adorno sobre la mesa de noche.
Porque hablar de libertad es hablar de la vida
y viceversa.
Entonces la libertad, como la vida, no es más que un fantasma
que lleva una historia por detrás, un fantasma
del que las personas huyen por desconocerlo
o por no ser capaces de darle un significado sin titubear,
un fantasma que a veces se confunde con una niebla espesa
y a veces solo se disuelve en las manos.
Y la vida como la libertad suelen ser un paradigma
de la locura, es decir, que cuando se tiene,
el mundo parece no estar de acuerdo, y busca la manera
de nombrarlo enfermedad.
Estamos condenados a ser libres,
y es verdad, sin conciencia clara,
una libertad que busca a otra libertad,
la belleza de ser responsable,
lo es espantoso de cometer daño.
Asumiremos las consecuencias de…
Tengamos en claro que ser libre algunos días
es como evocar la brisa azotando la más bella flor
y sintiendo cada uno de sus pétalos estremecerse
con tanta ternura que de alegría permanece plena.
Y otras noches es vender el alma por un precio razonable
y convencer al resto de que es la mejor opción.
Reclamemos al espejo que sujeta nuestra imagen.
Pensemos libremente en dejar libre al resto
he irónicamente seamos libres del resto.

Comentarios & Opiniones

Mac1965

Bella obra reflexiva, un placer leerte. Saludos cordiales

Critica: 
Silvia

Es un placer saludos cordiales.

Critica: 
Sergio

La facultad de elegir es un tema muy profundo , interesante el suyo ! Saludos

Critica: 
Luna

Reflexivo y veraz, contundente, con ideas claras. Un gusto pasar. Abrazos.

Critica: 
UNA HEMBRA

que bello

Critica: 
Luit Pold

Gracias a todos...
Me encantaria que visitaran mi pagina si les apetece...
http://luit-pold.blogspot.mx/

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