TE TEMO COMO A UN ADJETIVO

"Te temo
como a un adjetivo.
Te pienso
en las memorias y en el viento
que te abraza
y que te quiere. Te tengo
en mi vacío, me sostengo
en la cuerda del pozo que en las noches
me suena como una piedra presa
al fondo de la madrugada.

Te espero
sin tu ropa, sin tus nombres,
cuando nieva aunque sea primavera.

Recojo los restos del futuro.

Me has dado
tu mano en las breves avenidas,
tus ojos
mirando como un interrogante,
como una primavera,
como tus botas hundiéndose en los charcos.

Tengo miedo
a perderme:
a dejar
de escribirte
unos versos
que me hacen estar vivo.

Tengo miedo a tu recuerdo, a la prisión
del pasado
y a la cárcel
del olvido de las olas que se rompen
mientras juegan los dedos de tus pies
con la espuma que muere en las orillas
y la luz que se pierde en tu horizonte.

Me queda tanta vida que contarte.

Te tengo en las estrofas
de poemas que caen como la nieve,
y en los besos
que dejas
escrito en las paredes,
y en las notas
que llenan
tu piel como una partitura
de perdón y de una promesa.

Ya no queda tu nombre
vestido de adjetivo...

ni mi miedo y los restos

de lo que soy, seré
y lo que he sido."