De rodillas (Ni punto, ni contrapunto)

poema de chipi

Los mitos son metáforas de la potencialidad espiritual del ser
humano, y los mismos poderes que animan nuestra vida animan la vida del mundo. Joseph Campbell

Opus 1 (Derek Chauvin)

Arrodillado ante el mundo, altiva mirada,
en fatua reverencia a un dios distorsionado,
un cruel, un mesías de brutal violencia
que ahoga su culpa en extraña penitencia,
que traduce su dolor en incivil sentencia.

Arrodillado en estoico gesto inmortal,
entre altivo, sereno, impávido y letal,
tus nueve minutos de nefasta genuflexión,
tú impiedoso gesto, muerte sin compasión,
pero morí para volver a nacer más fuerte.

Y naceré siempre de nuevo, una vez más,
para que mi voz no se deje de escuchar,
mi centenario lamento que ya fue blues,
canto de trabajo o silencio en las calles,
es el rugido de un león que nunca duerme.

Opus 2 (George Floyd)

Postrado ante ti, forzado a los pies
de tu propio añejo sistema de odio,
yo soy los ojos cuando tú no me ves
voy a ser el sentir para quien ya no siente,
la obligada respuesta a pregunta ninguna.

Aun forzado, soy eterna voz que no calla,
seré consciencia o inconsciencia, el Jano
que no se doblega, que nunca retrocede,
que no quiere ser tu eterno contrapunto,
ni lado oscuro para esa tu macabra utopía.

Ni soy la solución, ni soy el problema,
estoy fuera de tu sueño, de tu quimera,
de tu forjada soberbia falacia democrática
que me da voz y luego me manda callar,
que me anuncia y después me denuncia.

Opus 3 (Legado)

Sí me levanto ya no volveré a caer,
sí me quedo en el duro pavimento,
otros ascenderán mi imagen votiva
como altar que siempre te ha de recordar
que no caí en vano, mi yaciente activo.

Mi nombre proclamará siempre tu infamia
y mi muerte será tu eterna condena,
más allá de la falaz letrada sentencia
que coloque la historia al mejor postor
y celebre una vez más la vida banal.

Opus 4 (Mito y representación)

Metáfora, símbolo, ícono o signo,
nunca quise ser esa la luz, esa llama
qué incendiase la dionisíaca marcha ritual,
la macabra procesión elegíaca celebrando
una muerte banal por una falsa moneda.

Nunca quise ser la imagen de tu camiseta,
la sombra proyectada para tus proclamas,
las serias razones para tu resentimiento
la usual y efímera convulsión nerviosa
que me ha de reconvertir a tu gusto.

Solo quería vivir en paz, vivir solo eso
y me obligasteis a descansar en paz,
a callar hasta mi último aliento,
solo quería respirar, inspirar, solo eso,
pero no desperté al final de la pesadilla.