EL FRESCO MANANTIAL

poema de César Macedo

En los frescos manantiales,
allá en lo alto de los cielos,
divisé una figura angelical,
elevando sus suaves manos,
que se enlazaban con las nubes.

Más yo siempre impactado,
sin sentido y sin palabras,
por su firme y gran belleza,
grito al alma enlazada,
en cada madrugada.

Solo la vitalidad de su aliento,
el amor de mí restaura,
y las gotas que recaen en nosotros,
siempre irán bendiciendo,
está pasión que crece con el viento.

Ángeles rodean nuestros cuerpos,
con nosotros en el fresco manantial,
de lo cual se sienten convencidos,
de la gracia del amor celestial,
que forjamos cada camino de la mano.

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