Farid.

Se obscurece la noche bajo tus ojos...
Cuántas dunas forjaste con faz serena,
cadenciosamente en lomo dromedario
de un desierto poblado de lunas nuevas.

Ya un khol tenue y sublime marcó el camino
en sus bordes orlados con cien palmeras.
Esos ojos morunos mueven la brisa
avisando al oasis que en Viernes llegas.

Se decanta la noche bajo tus ojos...
esos ojos morunos que tánto cuentan
cadenciosamente, marcando el paso
por el centro, el oriente y al sur de vuelta.

Y te aguardan los dátiles y las nueces.
Mi Fernando ya extiende la vasta mesa.
Huele a cedro, a olivo, a incienso, a mirra
y el malfuf con su voz de shabad celebra.