Seremos

Tu verbo se hará costumbre,
en las mañanas que juntos estemos en una eternidad escogida.
Saltaremos nubes de algodón blanco
y pararemos al viento , entre las ramas de un centenario olivo.
Tu serás el agua fresca
y yo la rosa perfumada que abre sus pétalos para recibirla.
En la noche de bella luna,
seremos luciérnagas que iluminen callejuelas, donde los enamorados reposarán sentimientos.
Aves voladoras que descansen sus fatigas sobre las tejas que cubren hogares.
No habrá nada que nos detenga amor, porque nuestros espíritus engalanan dimensiones a las que nadie puede acceder.
E. Escribano