Extraños
poema de Soñadora
El alba encerró a la noche
y el día llegó triunfante.
Pieles rozadas, de excitante sudor
hablaban de ocultos placeres.
No existió diálogo entre sus dueños.
La necesidad de buscarse
entre sábanas de seda,
fue suficiente reclamo para
olvidarse de quienes eran.
Seguir su camino
después de cerrar la puerta,
fue una
simple despedida entre ambos.
E. Escribano
Comentarios & Opiniones
Una noche más,,,un episodio para recordar.
Corto y sencillo.
Un gustazo leerte, poetisa.
Shalom desde Israel, colega de la pluma
Muchas gracias Beto.
He leído un poco de tus publicaciones y me gusta como escribes
¡Saludos cordiales!