Poema 81/ 2017

poema de Zadomen

Te quedas que apenas hablas, casi sin hablar te quedas
en tu añil te refugias, te refugias en tu añil
te miro, estás nerviosa, y las lágrimas no dejan
que lo que tanto guardaste hoy me lo puedas decir.

Te quedas frente a mí, inmóvil por el tiempo
te defiendes del miedo, del amor que siempre fui
te quedas inerte, te quedas meditabunda y con fuego
y con tantas ganas quietas, hoy no te acuerdas de mí.

Te quedas ausente y extraña, escondes tu rostro nuevo
procuras verte sincera y se te escapa el dolor,
el que lacera las almas, el que las almas lacera
y las convierte en penumbras, cuando se olvidó el amor.

Te quedas solitaria, te sientes que no llenas
aquel espacio inmenso que al irme te dejé,
te quedas solitaria, solitaria te quedas
y al regresar te encuentro, abrigada la piel.

Te quedas temblorosa, temblorosa te quedas
ajena a las locuras que te hicieron mujer
te quedas sin mirarme, sin mirarme te quedas
y aun frente a tus ojos, no lo puedes creer.

Te quedas y te quedas, pensando en lo que fuimos
esperas la ternura que amando volverá
apenas parpadeas, ni se mueve tu cuerpo,
ni hablas, ni te quejas, ni te dejas amar.

Zadomen