Un poema musical muy ñoño

poema de Bonedragon

El aire llegó cargado de ondas sonoras y acústicas,
Y el ambiente estaba poblado de penas y angustias,
Mi oreja captó estas ondas y las llevo hasta el tímpano,
Y aunque no las había escuchado sabía que eso era el piano,
El tímpano vibró al chocar con aquellas ondas,
Y mi cuerpo esperaba el momento de interpretar aquellas notas,
El sonido llegó al oído interno a través de la ventana oval,
Mientras yo miraba al cantante interpretar aquella vocal,
Finalmente las ondas se transformaron en impulsos eléctricos,
Y esto elevó mis ondas cerebrales a altos picos.

Mi cuerpo no se salvó de aquella reacción,
En mis brazos ocurrió algo llamado piloerección,
Los músculos de la base capilar se contrajeron,
Y los vellos de mis brazos levantados se pusieron,
Al escuchar la música sentí como mi piel se erizaba,
Y mi mente en blanco se ponía mientras a la banda miraba,
Un impulso en mi cuerpo de emoción me hizo saltar,
Pues aquella melodía que sonaba yo tenía que interpretar.

Al unísono toda la audiencia cantó el coro,
Y al tiempo saltaban por el ritmo tan sonoro,
Mis glándulas sudoríparas expulsaron un líquido por mi piel,
Al momento estaba tan pegajoso como un panal de miel,
El agite y el calor se convirtieron en cansancio,
Y mi cuerpo experimentó un eterno calvario,
Fue la hora de despejar mi mente y mi cabeza,
Tomando un frío sorbo de una rica cerveza,
Y cuando aquella canción dejó de sonar,
Mi mente y mi cuerpo por fin pudieron descansar.