Intenté ponerle el titulo al poema (Sin titulo)

Cuando no estoy debajo de mis parpados,
y los huracanes dejan de ser un caos,
tengo la sensación de que me aprehendo
y ato mis juicios a los pensamientos del cenicero.

Es qué no comprendo tantos lamentos
con tanta falta de conocimiento,
es que siento que somos mucho más,
mucho más que esto para poder cambiar,
el poder y el cambiar… Esa es la wea.

No olvidemos el cuidado y la empatía,
a la tía maría la prohíben todavía,
prefieren meterles más químicos a la wea
y quizás no es casual pero si el causal
de tanto malestar estomacal,
tal vez no hay que ser tan ácidos
y que le dejen de inventar músculos
al becerro e inyectar tanto al gallinero,
no se salva la fruta ni la verdura,
desde el colegio me dijeron
que la verdad era bastante dura,
jamás me imagine tantas ataduras.

Ser producto y mermar,
estudiar y trabajar,
encender y quemar,
no hay nada más,
lo político jamás va a cambiar,
está diseñado para obstaculizar
y que no te vuelvas a enraizar…
no, no... Déjate de lamentar...
sí, sí... Te tienes que cuidar,
hay que bajarse y pelear
contra tanta maldad.

Si has amado me comprenderás,
Ya no se trata tanto de lo social,
más bien del alimentar y el mirar,
se nos olvida lo que es experimentar,
experimentar lo natural del sabor,
experimentar lo natural del amor,
tener conciencia también es una ciencia
que escapa muchas veces de esta realidad,
los buenos son locos, los malos son pocos,
conciencia loca, conscientes pocas,
pocas las personas que van a despertar,
tantos morirán en la reducción demográfica
no hacen falta ni las armas.

Saca las adicciones de la cama,
es tiempo de ser un arma
y ensemillar el suelo con la metralla,
si es posible disparate al alma.