Cartas a mi fosa IV· Elejía a Mark Smith Garau

poema de Tolo

Recorriendo granito, calaveras,
sin dueño ni tierra que ocuparan,
dos ángeles custodiando el recinto
a mi paso callaban.

Sus dedos entre mármoles de labio
imponían secreto a los colgados,
todos por la tierra enmudecidos;
hasta aquí he llegado.

Una fosa abierta, un rincón oscuro,
una última batalla, una vida en huida,
un nombre sobre el cincel escondido
dieronme la noticia.

Porque todas las vidas que sueño fueron,
y todos los sueños que quedan ser vividos,
solo yo sé que los instantes que fui,
lo había conocido.

Al hombre de piedra me acerqué
para quién duerme cerrar los párpados.
Y entre el muro próximo a un vacío,
Dios los había sellado.

La silueta a huesos se resume
y de él ya es musgo y la tierra dueños.
Tan pronto es ser agua cruzando mundos,
tan pronto es ser suelo.

Pero...

Volverán tras de ti los gorriones
sobre tu pecho y corona a anidar,
disputando el aliento y alimento,
aún sin despertar.

Volverán los tímidos arroyos
a ti el nombre a murmurar.
Tu sonrisa, entre noches de cereza,
tal vez regresará.

Pronto un trazo en el manuscrito habrá
donde nuestras historias rimas sean.
Pero en vano es construir sobre sueños;
morir es despertar.

Comentarios & Opiniones

Silvia

Aplausos!!!saludos cordiales y beso poeta!

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Cálamo Azul

bien logrado, excelente, saludos

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