Escuche señor cuando lloraste

Escuché señor cuando lloraste
pero lo creía pasajero
no solicitaste hombro
ni malgastaste palabras,
ni siquiera nombres extrajiste de tu boca.

Escuché señor que lloraste
pero sin suspiro o estruendo,
sé que esas lágrimas cansancio
pudieron significar
pero como arrebatarte la significancia
si antes no soltabas,
si para ti las lágrimas eran fracaso
y de debilidad misma se trataba
sensibilidad que debimos haber cesado,
cesado,
a base de la crianza que tus manos aportaron.

Claro, era el castigo por soltarlas
pero sé que lloraste porque lo presencié
ahora agradece lo por ti inculcado,
catalogar como al consuelo: desgaste innecesario.

Si en el pasado no lo hiciste y
en el presente emites llanto,
tal vez te haces más consciente
o por ti han pasado los años.

Ahora obtienes claridad vaga
y analizas la injusticia
con la que has tratado y te trataron.