Ausente de toda presencia

Escribirle al mar azules sueños que conoce
quizás a las huellas solitarias del camino
pies pesados que le plasman y contaminan
sobre alisios cabelleras que se admiran
amalgamas de crepúsculos atardecidos
solitarias mis miradas observan el cielo
y el recuerdo de presencias en un anhelo
distanciados en el espacio en el tiempo

Concebir que todo trato es un misterio
cuando de cierto tu presencia está en el cielo
presuponer que tu carisma tu nobleza
no mereció menor presea que ese empeño

y recuerdo de mi…

de los antieres y ayeres de los marzos
duros pasados de dolores sopesados
de los abriles irrigando flor de mayo
de aquellos pétalos abriéndose en ramos
mil arcoíris de colores sembrarlo intento
y sus aromas en las huellas dejarlo intento
vibrante aliento de mejores continuados
a la mitad de los años fracturados
dos aposentos contrariados van al cielo
por esas ausencias de presencias demandados
por los quereres de mi vida en pasados
y esas huellas que importunas no se han borrado

La encrucijada me tomó de nudo hecho
nada que hacer en derruir ese gordiano
en desatrancar la puerta cierta y el pecado
desbaratar aquellas huellas y ponderar
nuevos ajustes nuevos alientos otros colores
otros aromas de flores nuevas y de azules
mar y etéreos fundidos juntos en masa amorfa
en preparando crisol de nácar y nuevos senderos
en los finales, reparadores, no sé si llego…

Toda esperanza está cifrada en el poema
todo versado en líneas tópica del te quiero
todos mis dedos y las falanges extendidas
suplican el roce y el goce de estar contigo

y dicho está que la carisma sobrepasa
cualquier orgullo del silencio en soledad
de los regueros de las huellas y vacuidad
del alma proba en sentimiento de ocultar
ya muerto el cuerpo, el cielo rompe en tempestad
y liberada el alma vuela a su sitial…

Augusto Plasencia