La resistance

Que sepan los fascistas, que mi voz no han quebrantado
Pues ni la muerte fue impedimento, de que mis palabras se hayan silenciado.

Yo no tengo un estandarte,
y mucho menos una bandera
de una patria fría carcelera.
Donde se aprisionan los sueños
y las almas se encadenan.

Mi única frontera, presumo que es mi corazón
Que se topa con mi pecho cual frontón.
Cual latiendo me da vida, y abrir la boca
que aunque poca, quiera transmitir las palabras
que le dan un sentido a su latir.

Que se sepan los fascistas que al final de la partida,
No solo quedaran risas sobre tanta sangre derramada
Que sepan que al final no lograran nada…

Que el camino aunque mas agrietado,
No será problema para mis alas
Que al poderlas agitar me habrán liberado…