70 VERSOS AL APOCALIPSIS

70 versos al apocalipsis.

se cerró apocalipsis en cielos,
en la acción del revelar los límites,
al finito saber, con sabios remites,
que en bendición culminan. romper velos.

parábola de bodas que será de convites,
con saludar sin ocultos destinos,
sin sorpresas e incógnitas de desatinos,
y sin dudas que han sido siempre desquites.

y donde el consuelo entre vides de vinos,
anulara a los alcoholes de huídas,
terrores que son preguntas prohibidas,
y odios que hacen a guerras. y mientras trinos

de existencias divinas forman vidas
de promesas. los justos balanceados
sin peso de obras y en gracia llamados
hijos convertidos. tierras líbidas

del solo horizonte en fe. y sentados
con oir y ver, escuchar y esperar.
y quien segunda venida, ha de enterar
como señor, en gran revelación, prados

con nacimiento, donde bálsamo de encerar,
hará de candelabro al mundo de sueños,
con vestir de lino blanco sin ceños,
voz de autor que no hará desesperar

al abrir de los seis sellos ante empeños
del clamor que hacía expirar a santos
y a desconocidos justos en vírgenes cantos
ya sin insensatez por agüereños

con vibrar de discordias y sucios mantos.
espanto ante las súplicas de inciensos,
que no muestran ni charlas de consensos,
ni salen de sus bocas cosecha de llantos.

pero el río de las aguas con inmensos
cristales con resplandor, fue provisto,
por quien en vitalidad nunca fue visto.
y ama a hombres en sabiduría intensos

desde trono de poder que no conquisto,
porque era vida desde el génesis primero,
quien en días sagrados ya era cordero,
perdonando el error que en pecado se enquistó.

árbol con frutos que por meses es certero,
tapiz de hojas, sanidad y belleza
y bondad que es siempre llena de entereza
y ofrecimiento, sin precio de dinero.

y quien por estar demuestra que empieza
al amanecer y sirve por amistad,
enseñando el rostro sin negra enemistad,
y dando al sol brillo, como oración que reza,

de arroyo y manantial que dice, avistad
a quien es, espíritu santo vivo,
el que conoce la intercesión, del no esquivo.
arrepentimiento que aconseja alistad

a quienes desde el paraíso, fundidos
a la ofensa rebelde del primer pecado,
cambiaron la gloria de un dios estimado
por dolores conscientes en bruñidos.

se hace inmortal árbol no figurado,
ya simbolismo de libertad suprema,
con adoraciones de calidad extrema;
y en tiempos, ya de infinito legado.

y el cara a cara final sera lema
cuando la real y estable eternidad,
a quien es redimido no sera pleiteidad,
por el favor de quien se revela como rema.

ya el cansancio no existe en continuidad,
el temor se olvida por propia convicción
ante el saber que es deleite y acción,
herencia tomada por legitimidad.

antonio martinez de ubeda