Caballo del cielo

Corría el caballo por la Vía láctea,
corría plateado y sin jinete,
aplastando luceros con sus cascos de oro,
con sus crines blancas brillando en la negrura celestial,
con sus contorneados músculos primorosamente delineados,
corría y corría con furia salvaje sobre las estrellas,
sabiéndose observado en noches límpidas de desierto.

Corría el caballo por la Vía láctea,
corría y brincaba para los astrólogos,
atravesando constelaciones con cuerpo de plata,
con leche en los cascos de tanto brincar,
corría en tonos blancos sobre el negro espacio,
de pronto se detuvo y se congeló,
y permaneció majestuosamente detenido,
para ser visto en las noches claras de verano.