la carcel del adios

El frio de tu ausencia esta presente
El fantasma del olvido me persigue y siento el cruel abrazo de la soledad con sus manos heladas quemando mi piel.
Taciturna en un piso frio escribo el adios de una existencia innotable, absurda, y apuñalan mente los recuerdos de una vida pasajera y la felicidad que me dejo sola a mitad de camino, vagando en un mundo desértico, desolado, con muchos cuerpos pero con pocas almas.
Heme aquí, desechando penas en forma de gotas a través de unos ojos, los espejos de mi interior, los ultimos pedazos de un espíritu que un día existió y que ahora solo desea salir de esta carcel que llaman vida.
Acongojado mi corazón se desangra en mi pecho, se rasgan mis entrañas, se destroza mi mente, pero nadie lo nota, y como notarlo si a nadie le importa.
El fin de este dolor esta cerca, los primeros rayos de un nuevo amanecer atraviesan el cristal de mi habitación, llegando hasta mi rostro y por primera vez en mucho tiempo veo una pequeña esperanza. Una fuerte caricia de alguien a quien una vez ame me regresa a la realidad, al cruel sufrimiento de mi ser y me doy cuenta que los rayos desaparecen así como el color normal de mi piel, ahora mi única compañera es la soledad, volví a mi triste existencia, a la gris verdad, y después de tanto tiempo por fin, llego la hora, el momento de curar las heridas de mi espíritu fuera de la carne podrida del mundo ... Solo me queda decir adios, todo término ...